Arte, historia y protagonistas de la industria minera protagonizarán estos días la quinta edición de las visitas al cementerio municipal de la localidad organizadas por la Concejalía de Cultura y Patrimonio Histórico
Ginés Campillo, teniente alcalde y concejal de Cultura y Patrimonio Histórico, y Miguel Rubio, periodista y guía responsable de las rutas culturales, han presentado esta mañana las seis visitas que se desarrollarán en los próximos días en el cementerio municipal de Mazarrón con motivo del puente de Todos los Santos. Se trata de visitas guiadas y gratuitas para acercar a vecinos y visitantes el legado cultural que atesora el camposanto.
'La otra ciudad: la necrópolis municipal de Mazarrón. Arte, historia y protagonistas de los años dorados de la minería' propone retroceder en el tiempo con el fin de divulgar el cambio social que experimentó el municipio a finales del siglo XIX gracias al negocio de los metales. Las visitas se desarrollarán los días 29 y 30 a las 11:30 horas; el 31 de octubre a las 20:00 y a las 21:30 horas, y 1 de noviembre a las 11:00 y a las 12:30 horas. Cada pase tiene una duración aproximada de 90 minutos y está a cargo del periodista Miguel Rubio, que durante los últimos años ha investigado la historia de la necrópolis municipal.
Para participar es necesaria la inscripción previa, a través de la página web de la oficina municipal de turismo. Los grupos serán de un máximo de 20 personas. Para las visitas nocturnas se recomienda llevar algún tipo de iluminación portátil (literna). El punto de partida será la puerta principal de la necrópolis. En la visita se realizarán varias paradas, desde la sala de autopsias hasta los panteones históricos y el recinto reservado para el enterramiento de párvulos.
El cementerio municipal de Mazarrón, en el paraje conocido como Madre de Dios, se puso en marcha el 6 de junio de 1900. Forma parte de los equipamientos modernos que se levantan en el pueblo a raíz del despegue económico que vivió la población gracias a la explotación industrial de la minería. En su construcción participaron dos de los arquitectos más famosos de la época, Justo Millán Espinosa y Francisco de Paula Oliver Rolandi, y al menos uno de sus panteones lleva el sello de Víctor Beltrí, referente del modernismo en la Región de Murcia. Algunos de los artesanos más conocidos del momento, desde herreros a marmolistas, también aportaron su buen hacer en la confección de muchas de las sepulturas centenarias.
La necrópolis se ha conservado como una cápsula del tiempo donde seguir el rastro de los protagonistas de aquella aventura minera, las relaciones de poder, los accidentes laborales, los movimientos artísticos que dejaron su impronta en la arquitectura funeraria y los ritos que envolvían las inhumaciones. Una radiografía de una sociedad con marcadas diferencias: familias que se enriquecieron con el negocio de los metales a costa de otras, menos afortunadas, que se dejaron la vida en la oscuridad de los pozos.