La Consejería de Agua, Agricultura y Medio Ambiente está llevando a cabo una investigación para conocer el origen de la mortalidad de abejas en un apiario situado en la pedanía de Cañada de Gallego, en el término municipal de Mazarrón.
Esta investigación se ha iniciado como consecuencia de una denuncia efectuada por una serie de apicultores afectados de la zona ante el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona).
Técnicos de los servicios de Sanidad Animal y Sanidad Vegetal de la Consejería han iniciado una serie de actuaciones conjuntas para llevar a cabo las averiguaciones.
Según las denuncias de los apicultores afectados, la muerte de las abejas podría haber sido causada por la intoxicación por residuos de plaguicidas originados por el tratamiento fitosanitario de una explotación de frutales tempranos.
El tratamiento fitosanitario al comienzo de la floración en frutales para la lucha contra el trips es una práctica permitida para algunos productos fitosanitarios registrados que debe aplicarse con determinadas precauciones para evitar que afecte a los polinizadores en general y en particular a las abejas.
En 2016, el Servicio de Sanidad Vegetal llevó a cabo un programa específico de inspecciones en floración para conocer la incidencia del uso de fitosanitarios en los problemas puntuales de mortalidad de abejas que cada año aparecen en esta época. En ese año se llevaron a cabo un total de 25 inspecciones.
Este programa es adicional al Plan de Vigilancia en el Uso de Productos Fitosanitarios que desarrolla de forma continuada, que hasta el momento ha realizado un total de 250 inspecciones sobre los agricultores.
Muestras analizadas
Estos planes han contribuido a poner de manifiesto que el 98 por cierto de las muestras analizadas cumplen la normativa de uso de productos fitosanitarios. Se trata de un elevado porcentaje como corresponde a la profesionalidad del sector y a las políticas de lucha integrada contra las plagas que se siguen en la Región de Murcia.
En cuanto a las muestras tomadas en floración, todos los plaguicidas detectados eran productos autorizados para este uso, a excepción de una explotación donde se detectó el uso de un plaguicida del tipo neonicotinoide, y que supuso la incoación a un expediente sancionador.
Los análisis se realizan en el laboratorio Agroalimentario y de Sanidad Animal de la Consejería. Se trata de un centro acreditado para la determinación de residuos de plaguicidas siguiendo las directrices de los laboratorios de referencia europeo y nacional.
Además, la Consejería diseñó en el año 2014 una guía de buenas prácticas agrarias, con una serie de medidas a ejercer tanto para agricultores como para apicultores, con el fin de evitar los casos puntuales de intoxicación de abejas por tratamientos fitosanitarios.