Las obras del Paseo del Alamillo, que ejecuta la Secretaría de Estado de Medio Ambiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, han sacado a la luz nuevos restos arqueológicos en el entorno de la Villa Romana existente junto a la carretera nacional 332 que une Puerto de Mazarrón y Cartagena.
Según las primeras indagaciones, todo apunta a que los vestigios hallados estarían integrados en el complejo de la villa hallada a finales de 1980 y principios de 1990, una gran finca que entre los siglos I al III después de Cristo podría haber estado orientado a la producción de salazones o, incluso, una piscifactoría. En concreto se ha hallado una balsa o pileta y otras estructuras calefactadas que pudieron ser un horno o unas termas.
El alcalde de Mazarrón, Ginés Campillo, ha visitado el yacimiento junto al concejal de Patrimonio Histórico Jorge Durán. En el lugar han mantenido un encuentro con la directora de la obra y técnico superior de la Demarcación de Costas, Encarnación Segura, el jefe de Arqueología del Servicio de Patrimonio Histórico de la Consejería de Cultura, Ángel Iniesta, y los arqueólogos directores de la excavación, Carmen Martínez Mañogil y Alfredo Porrúa Martínez.
Ginés Campillo ha expresado con claridad a los responsables de las administraciones estatal y autonómica que "ya no estamos en los años 80, se tiene que acabar la política en Mazarrón de enterrar un yacimiento cuando se localiza porque a alguien no le interesa, ya que es un lastre para el conocimiento de nuestra historia y el desarrollo turístico del municipio". En esta línea, el concejal de Patrimonio Histórico, Jorge Durán ha manifestado "la necesidad de poner en valor los nuevos restos arqueológicos que harán más atractivo el futro paseo".
Hasta el momento, el servicio regional de Patrimonio Histórico de la Consejería de Cultura parece compartir sensibilidad y criterio con el consistorio mazarronero tras ordenar que se amplíe la excavación. Los próximos pasos para determinar el modo en el que el yacimiento sería puesto en valor vendrán una vez que se extraigan conclusiones más firmes sobre los restos localizados.
Un paseo por la historia
Ahora, el futuro Paseo del Alamillo vendrá a complementar el atractivo innato que le proporciona discurrir junto al mar de la bahía con la posible conservación e interpretación de los restos romanos. De esto modo, el viandante caminará por lo que fuera en los primeros siglos después de Cristo por una gran villa romana.
El yacimiento ya existente es un asentamiento alto imperial que ocupa parte de la playa de la que toma el nombre, su fundación se fecha a mitad del siglo I d.C. En origen, fue una construcción escalonada en terrazas en la que se diferencian dos zonas: una residencial, con sus correspondientes termas; y otra zona de servicio o industrial con seis piletas destinadas a la fabricación de salazones y salsas de pescado (Garum) y un conjunto de habitaciones en torno a un patio.
La villa forma parte del conjunto romano en el que también se integra el pintoresco acueducto que hay en la zona entre otros restos hallados durante de la urbanización de la zona en el último tercio del siglo XX.